El vocablo “originación” es uno de los más escurridizos para la mayoría de la población, y sin embargo es un término clave en el entorno financiero, y prácticamente todos los individuos a lo largo de su existencia se ven al menos una vez lidiando con él.
La “originación bancaria” es el proceso mediante el cual un banco o entidad financiera evalúa, aprueba y otorga préstamos o créditos a individuos y empresas. En otras palabras, es el proceso que las instituciones financieras utilizan para decidir si prestan dinero, a quién se lo prestarán, cuánto le prestarán, con qué plazos de amortización y bajo qué condiciones. La originación, por tanto, es un proceso que abarca desde la solicitud de un préstamo hasta su aprobación final, incluyendo la revisión del historial crediticio del solicitante, la determinación de las tasas de interés y la asignación de los plazos de devolución.
Es una palabra que puede sonar lejana, técnica, engorrosa o compleja, lo cual no deja de resultar curioso, ya que la denominación “originación bancaria” proviene del proceso de “originar” o crear un nuevo préstamo o crédito. Y aunque se trate de una realidad que en determinados momentos pueda resultar incómoda, también es un proceso necesario para que las instituciones financieras evalúen la capacidad de los solicitantes para pagar el préstamo y para garantizar que se cumplan los requisitos legales y regulatorios.
Hemos querido abordar en una infografía tres escenarios simulados para entender más de cerca el riesgo crediticio, que es uno de los elementos fundamentales en este proceso de la originación.
- En primer lugar, hemos establecido los criterios habituales por los que se evalúa este riesgo, asignándoles un peso específico expresado en porcentaje que no representa en su totalidad la realidad de la actividad crediticia, pero que de alguna manera expresa de forma fidedigna el impacto de diversos factores.
- En segundo término, hemos visualizado seis prototipos de solicitantes de crédito, a los que hemos asignado unos valores de ingresos y de deudas entre 0 y 100, que dan como resultado diferentes calificaciones crediticias: excelente, buena, regular y mala.
- Por último, hemos trazado el recorrido vital de un individuo tipo, para comprender la evolución de su calificación crediticia en función de una serie de decisiones que, estamos seguros, harán verse reflejado a más de uno en ese transitar por la gran aventura de la toma de decisiones que es la vida.
Nos dejamos en el tintero muchos otros ejemplos que, quien sabe, quizá podamos retomar en otra entrega en esta página de encuentro que representa nuestro blog corporativo. Sea como sea, quedan siempre convidados nuestros lectores a diferentes formas de entender la realidad, la actualidad o las reflexiones en torno a nuestra actividad capital: los servicios y la consultoría para ayudar en la prevención del fraude, en el recobro y en la originación bancaria, pilares de una economía saneada y una sociedad próspera.