Crisis económicas y aumento del fraude crediticio: Un análisis a profundidad de Latinoamérica
Las crisis económicas han demostrado ser terreno fértil para el aumento del fraude crediticio. Periodos de recesión, desempleo, inflación y desestabilización financiera generan condiciones que elevan la vulnerabilidad de los usuarios y multiplican las oportunidades para los estafadores. En América Latina, esta correlación se ha evidenciado con fuerza, especialmente en contextos recientes como la pandemia de COVID-19 y la crisis inflacionaria post-2022.
El vínculo directo entre crisis económicas y aumento del fraude crediticio
Durante una crisis económica, las personas y empresas enfrentan mayores dificultades financieras. Esta presión aumenta la exposición al riesgo de estafas, ya sea por desesperación, desinformación o necesidad urgente de liquidez. Al mismo tiempo, las entidades financieras se ven obligadas a digitalizar procesos rápidamente y relajar ciertos controles, generando brechas que pueden ser explotadas.
El fenómeno no es nuevo. Según la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE), las tasas de fraude aumentan considerablemente en tiempos de crisis, como ocurrió durante la Gran Recesión de 2008. En América Latina, este patrón se ha repetido en cada episodio económico adverso.
Estadísticas y tendencias recientes en América Latina
Un informe de TransUnion reveló que, durante la pandemia de COVID-19, los intentos de fraude digital aumentaron un 206% en Colombia. El robo de identidad se disparó un 339% en el mismo periodo. Las denuncias por delitos informáticos pasaron de 23.907 en 2019 a 45.104 en 2020, y alcanzaron un récord de 65.794 en 2022, según la Policía Nacional.
En Perú, las cifras también fueron alarmantes. En 2020, las denuncias por estafa crecieron un 47% respecto a 2019, alcanzando 13.986 casos. En 2021, la cifra subió a 20.616, en 2022 a 26.663 y en 2023 se llegó a 33.756 denuncias, más del doble de lo reportado al inicio de la pandemia. Solo en 2023, las pérdidas por fraude digital superaron los S/53 millones y USD 27 millones.
Los datos reflejan un crecimiento continuo del fraude crediticio durante y después de crisis económicas. Las estadísticas indican que el aumento del fraude crediticio no es solo coyuntural, sino que tiende a mantenerse elevado si no se implementan medidas efectivas.
Factores que explican el aumento del fraude en tiempos de crisis
1. Presión financiera y desesperación: Las crisis económicas generan desempleo, reducción de ingresos y sobre-endeudamiento. Estos factores hacen que las personas estén más dispuestas a aceptar ofertas financieras sospechosas o recurrir a métodos ilegales para obtener recursos.
2. Digitalización acelerada: La pandemia forzó una rápida adopción de canales digitales. Según Truora, el comercio electrónico creció 230% en la región durante 2020, con incrementos de hasta 900% en algunos países. Esta digitalización masiva dejó a millones de personas sin conocimientos en ciberseguridad expuestas a estafas.
3. Suplantación de identidad y phishing: Modalidades como el phishing, smishing (mensajes SMS fraudulentos) y suplantación de identidad se dispararon. TransUnion informó que el fraude por robo de identidad aumentó más de 300% en varios mercados latinoamericanos durante la pandemia.
4. Relajación de controles regulatorios: Gobiernos y bancos flexibilizaron procesos para facilitar la entrega de subsidios, reestructuración de créditos y apertura de cuentas. Esto permitió que los delincuentes aprovecharan vacíos legales y operativos.
5. Tecnología avanzada al servicio del fraude: Los estafadores han comenzado a usar inteligencia artificial, deepfakes y bots automatizados para perfeccionar sus técnicas. Reportes de Appgate y LexisNexis destacan que muchas instituciones aún carecen de defensas adecuadas contra este nivel de sofisticación.
Modalidades más comunes de fraude crediticio en tiempos de crisis
- Robo de identidad: apertura de cuentas o solicitud de créditos usando documentos falsificados.
- Phishing y smishing: captación de datos bancarios a través de correos o mensajes fraudulentos.
- Estafas con billeteras digitales: como transferencias falsas en apps como Yape, Nequi o Plin.
- Estafas por criptomonedas: promesas de inversión en criptoactivos sin respaldo real.
- Clonación de tarjetas y fraude por comercio electrónico: cargos no reconocidos y robo de datos.
Impacto económico del fraude crediticio
Las pérdidas por fraude no solo afectan a las víctimas directas. También impactan a bancos, aseguradoras y al sistema financiero. En 2023, LexisNexis reportó que más del 65% de las empresas en América Latina registraron un aumento constante en el fraude, con una relación de pérdida de USD 3 por cada dólar robado, considerando costos operativos, reputacionales y legales.
El 51% de las pérdidas por fraude en la región ya proviene de canales digitales. Este dato subraya la urgencia de fortalecer la infraestructura tecnológica y los sistemas de autenticación.
Respuesta institucional y mejores prácticas
Las entidades financieras han comenzado a responder con iniciativas regulatorias y tecnológicas:
- En Colombia, se aprobó la ley “Si es estafa, no paga”, que protege a víctimas de fraude digital.
- En Perú, la SBS ha reforzado controles de verificación de identidad y ha impulsado campañas educativas.
- OSIPTEL y Asbanc han lanzado alertas sobre nuevas modalidades de fraude y recomendaciones para los usuarios.
Además, se están implementando sistemas de detección de fraude basados en inteligencia artificial, biometría y monitoreo de transacciones en tiempo real.
Educación financiera: clave en la prevención
Uno de los pilares más efectivos para combatir el aumento del fraude crediticio en contextos de crisis económicas es la educación financiera. Campañas que enseñen a identificar estafas, proteger datos personales y usar tecnologías financieras con seguridad son fundamentales.
El Banco de la Nación (Perú) y la Superintendencia Financiera de Colombia han intensificado sus esfuerzos para formar ciudadanos digitales más informados.
Conclusión
La evidencia es clara: existe una correlación directa entre las crisis económicas y el aumento del fraude crediticio. Periodos de inestabilidad, como los vividos desde 2020, potencian tanto la actividad delictiva como la vulnerabilidad de los usuarios.
Para enfrentar este desafío, es indispensable una estrategia integral que combine:
- Regulación efectiva
- Inversión en ciberseguridad
- Tecnología antifraude avanzada
- Educación financiera masiva
Solo así será posible contener y reducir el impacto del fraude crediticio en futuras crisis económicas.
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Fuentes:
- TransUnion
- DIJIN – Policía Nacional de Colombia
- Asobancaria
- LexisNexis
- Policía Nacional del Perú
- SBS Perú
- Asbanc
- Banco de la Nación (Perú)
- Appgate
- OSIPTEL
- Truora
- Kaspersky
- Infobae
- El Comercio
- Bloomberg Línea
- Fraud Beat 2024